Los secretos de la felicidad - El arte de ser feliz a través de la mente



Presentación


Vivimos en una época de turbulencia y agitación por los caminos vertiginosos de la ciencia y tecnología, pareciera que el centro del universo es la maquina y ello ha hecho que el ser humano sea relegado a un mero complemento, lo cual le ha acarreado numerosos problemas de índole interno. conscientes de ello sale a la luz Colección "Cultura de éxito", cuyo objetivo es elevar al ser humano hacia los linderos del universo mismo, re descubriendo las potencialidades que en su mundo interno posee; se busca un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. La colección trata asimismo de temas fundamentales como la autoestima, el stress, la actitud positiva, problemas escolares, estimulante temprana, etc, enfocados idénticamente y yendo directamente al centro del tema.

La colección "cultura de éxito" impulsa la superación mental, la voluntad de triunfo, etc.

El propósito primordial de la colección es ayudar al lector a que descubra, desarrolle y aproveche esos poderes que no emplea y que posee. Los temas tratados están realizados en forma sencilla y fácil de entender; esta colección sera de provecho para adultos, jóvenes, adolescentes, padres de familia, que al finalizar su lectura veran los cambios que se producen en su vida y en su mundo circundante.

Un tesoro llamado felicidad


“El propósito de nuestra existencia es buscar la felicidad”. Esta afirmación parece dictada por el sentido común, y muchos pensadores occidentales han estado de acuerdo con ella, desde Aristoteles hasta Willia james. Pero ¿acaso una vida basada en la búsqueda de la felicidad personal no es, por naturaleza, egoísta e incluso poco juiciosa? No necesariamente. De hecho, muchas investigaciones ha demostrado que son las personas desdichadas las que tienden a estar más centradas en si mismas; son a menudo retraídas, melancólicas e incluso propensas a la  enemistad. Las personas felices, por el contrario, son generalmente más sociables, flexibles y creativas, más capaces de tolerar las frustraciones cotidianas y, lo que es más importante, son más cariñosa y compasivas que las personas desdichadas.

La premisa básica de que el propósito de nuestra vida consiste en buscar la felicidad, es una visión de ella como un objetivo real, hacia cuya consecución podemos dar pasos positivos. Al empezar a identificar los factores que conducen a una vida más feliz, aprenderemos que la búsqueda de la felicidad produce beneficios, no sólo para el individuo, sino también para la familia de éste y para el conjunto de la sociedad.

“La felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimiento externos. El éxito puede dar como resultado una sensación temporal de regocijo, o la tragedia puede arrojarnos a un periodo de depresión, pero nuestro estado de ánimo tiende a recuperar tarde o temprano un cierto tono normal”. Por esto nunca pierda la calma, es vital siempre mantenerse paciente.
Pero  aunque la dotación genética tuviera un papel en la felicidad, cuya importancia aún no se ha establecido, la mayoría de los psicólogos están de acuerdo en que, al margen de ella, podemos trabajar con el “factor mental” e intensificar las sensaciones que tenemos de felicidad. Ello se debe a que nuestra felicidad cotidiana está determinada en buena medida por nuestra perspectiva. De hecho, que nos sentimos felices o desdichados en un momento determinado, frecuentemente tiene que ver sobre todo con la forma de percibir nuestra situación, con lo satisfecho que nos sintamos con lo que tenemos actualmente.

¿Qué define nuestra percepción y nivel de satisfacción?  Esas sensaciones están fuertemente influidas por nuestra tendencia a comparar. Al comprar nuestra situación actual con nuestro pasado y descubrir que estamos mejor, nos sentimos felices.

Vemos pues, que nuestros sentimientos de satisfacción dependen a menudo de tales comparaciones. Naturalmente, también las establecemos  respecto de otras cosas. La comparación constante con quienes son más que más atractivos y obtienen más triunfos que nosotros tiende a alimentar la envidia, la frustración y la infelicidad. Pero también podemos utilizar esta actitud de una forma positiva; es posible intensificar nuestra sensación de satisfacción vital parangonándonos con aquellos que son menos afortunados y apreciando lo que poseemos.

RECUERDA
“Trabajar, en nuestra perspectiva menta es un medio más efectivo para alcanzar la felicdad que buscara en fuentes externas como la riqueza, la posición y hasta la salud. Otra fuente interna de felicidad, estrechamente relacionada con un sentimiento de satisfacción, es la conciencia del propio valor”.


Hay veces en que la gente confunde felicidad con placer. La felicidad más alta que se produce al llegar a la fase de liberación, en la que ya no existe más sufrimiento. Eso sí que es felicidad duradera. La auténtica felicidad se relaciona más con la mente que con el corazón. La felicidad que depende principalmente del placer físico es  inestable, un día existe y al día siguiente puede haber desaparecido.

Todos los días nos enfrentamos con numerosas alternativas y, por mucho que lo intentamos, a menudo no elegimos lo que es “bueno para nosotros”. Ello está relacionado en parte con el hecho de que la “elección correcta” a menudo supone sacrificar nuestro placer.

Pero existe un enfoque que puede ayudarnos: enmarcar cualquier decisión que afrontemos preguntándonos: “¿Me producirá felicidad?”. Esa simple pregunta puede ser una poderosa ayuda en todas las circunstancias: no solo en la decisión sobre consumir drogas o tomar esa tercera ración de pastel de plátanos como crema; contribuye a enfocarlo todo desde un ángulo distinto.

Un estado de felicidad que permanezca, a pesar de los altibajos de la vida y de las fluctuaciones de nuestro estado de ánimo. Como parte de la matriz misma de nuestro ser. Desde esa perspectiva nos resultará más fácil tomar la “decisión correcta” porque estaremos actuando para dotarnos de algo permanente, con una actitud que supone moverse hacia algo, en lugar de alejarse, que significa abrazar la vida en lugar de rechazarla. Este movimiento hacia la felicidad puede tener un efecto muy profundo: puede hacernos más receptivos, más abiertos a la alegría de vivir.

ENTRENAR LA MENTE PARA LA FELICIDAD

El hecho de señalar el estado mental como el factor fundamental para alcanzar la felicidad no significa negar que debemos satisfacer nuestras necesidades físicas básicas de alimentación, vestido y cobijo. Pero una vez satisfechas esas necesidades el mensaje es claro; no necesitamos más dinero, ni más éxito o fama, no necesitamos tener un cuerpo perfecto ni una pareja perfecta, en este momento tenemos ya una mente con todo lo imprescindible para alcanzar la completa felicidad.

El primer paso en la búsqueda de la felicidad es aprender. Primero tenemos que aprender como las emociones y los comportamientos negativos son nocivos y cómo son útiles las emociones positivas. Tenemos que darnos cuente de que dichas emociones no sólo son malas para cada uno de nosotros personalmente, sino también para la sociedad y el futuro del mundo. Saberlo fortalece nuestra determinación de afrontarlas y superarlas. Por otra parte, debemos ser conscientes de los efectos beneficiosos de las emociones y comportamientos positivos; ello nos llevara al cultivar, desarrollar y  aumentar esas emociones, por difícil que sea: tenemos una fuerza interior espontánea. A través de este proceso de aprendizaje, del análisis de pensamientos y emociones, desarrollamos gradualmente la firme determinación de cambiar, con la certidumbre de que tenemos en nuestras manos el secreto de nuestra felicidad, de nuestro futuro, y de que no debemos desperdiciarlo.

Saludable es la persona compasiva, calidad y de corazón bondadoso. “si tienes sentimientos de compasión y deseas ser amable, hay algo que abre automáticamente tu puerta interior y puedes comunicarte mucho as fácilmente con otras personas. Ese sentimiento de cordialidad ayuda a abrirse a los demás. Se descubre entonces que todos los seres humanos son como uno mismo, de modo que puedes relacionarte más fácilmente con ellos. Ese sentimiento de cordialidad ayuda a abrirse a los demás. Se descubre entonces que todos los seres humanos son como uno mismo, de modo que puedes relacionarte más fácilmente con ellos”. Eso genera un espíritu de amistad. Entonces hay menos necesidad de ocultar las cosas y, como resultado, desaparecen los sentimientos de temor, las dudas sobre un mismo y la inseguridad. Eso inspira también confianza en torno a ti. Podría pasar, por ejemplo, que encontraras a alguien muy competente, y  supieras que puedes confiar en sus aptitudes, pero si esa persona no es amable surgen en ti algunas reservas. Piensa: “bueno, sé que es capaz, pero ¿puedo confiar realmente en él?”. El recelo siempre te distanciara.

En cualquier caso cultivar los estados mentales positivos, como la amabilidad y la compasión conducen decididamente a una mejor salud psicológica y a la felicidad.

En lugar de clasificar estados mentales, emociones o deseos con arreglo a juicios morales externos, como  “La avaricia es un pecado”, o “el odio es maligno” se clasificará las emociones simplemente sobre la base de si conducen o no a la felicidad última.

A medida que pasa el tiempo se van acumulando los cambios positivos cada día, al levantarte, puedes desarrollar una sincera motivación positiva al pensar: “Utilizaré este día de una forma más positiva. No desperdiciaré este día”. Luego por la noche, antes de acostarte, analiza lo que has hecho y pregúntate: “¿Utilicé este día como lo tenía previsto?”. Si todo se desarrolló como lo habías pensado, deberías alegrarte por ello. Si alguna cosa salió mal, lamenta lo que hiciste y examínalo críticamente. Gracias a métodos como éste, puedes ir fortaleciendo los aspectos positivos de la mente.

La estructura y la función del cerebro permiten el entrenamiento sistemático de la mente, el cultivo de la felicidad, la genuina transformación interna mediante la atención hacia los estados mentales positivos y el rechazo de los negativos. Hemos nacido con un cerebro que esta genéticamente dotado de ciertas pautas de comportamiento instintivo; estamos predispuestos mental, emocional y físicamente a responder adecuadamente para sobrevivir. Este conjunto básico de instrucciones esta codificado en innumerables pautas innatas de activación de las células nerviosas, en combinaciones específicas de células cerebrales que actúan en respuesta a cualquier acontecimiento, experiencia o pensamiento dado.


La transformación interna se inicia con el aprendizaje (nueva formación) e implica la disciplina de sustituir gradualmente nuestro “condicionamiento negativo” (que corresponde con nuestra característica actual de pautas de activación celular nerviosa) por un “condicionamiento positivo” (formar nuevos circuitos neuronales). Así pues, la idea de entrenar la mente para alcanzar la felicidad se convierte en una posibilidad real.

EL ÉXITO

En nuestra vida cotidiana, consideramos la educación como un factor muy importante para procurarno felicidad y éxito. El conocimiento no es algo que llegue hasta nosotros de un modo natural. Tenemos que practicar, tenemos que pasar por una especie de programa sistemático de entrenamiento. Y consideramos que esa educación y entrenamiento convencionales son bastantes duros; si no lo fueran, ¿Por qué los estudiantes tiene tantas ganas de que lleguen las vacaciones? Y sin, embargo, sabemos que la educación es necesaria en términos generales para alcanzar el éxito y el bienestar.

¡RECUERDA!
“Estamos hechos para buscar la felicidad. Y está claro que los sentimientos de amor, afecto, intimidad y compasión traen consigo la felicidad. Todos poseemos la base para ser felices, para acceder a esos estados cálidos y compasivos de la mente que aportan felicidad. De hecho, una de las convicciones fundamentales es que no solo poseemos el potencial necesario para la compasión, sino que la naturaleza básica o fundamental de los seres humanos es la benevolencia”.
También observamos que nuestro equilibrio emocional se robustece gracias a los sentimientos de afecto. Para comprenderlo solo tenemos que pensar en cómo nos sentimos cuando otros no manifiestan calor y afecto. También podemos observar cómo nos afectan nuestros sentimientos. Estas emociones positivas y los comportamientos que las acompañan conducen a una vida familiar y social más feliz.
Aunque puede hacer agresividad, ésta no proviene del sustrato humano fundamental, sino que es más bien el resultado del intelecto, de la inteligencia desequilibrada, del mal uso de ella, o de nuestra imaginación. Pero también es importante reconocer que, si bien los conflictos son originados por el mal uso de la inteligencia, podemos utilizar ésta para descubrir medios que nos permiten superarlos.
Al utilizar conjuntamente la inteligencia y la bondad, todas las acciones humanas son constructivas. Al combinar un corazón cálido con el conocimiento y la educación, aprendemos a respetar los puntos de vista y los derechos de los demás. Eso es el cimiento de un espíritu de reconciliación que sirva para superar la agresión y resolver nuestros conflictos.
A veces, al encontrarnos con viejos amigos, recordamos lo rápidamente que pasa el tiempo. Y eso hace que nos preguntemos si lo utilizamos adecuadamente. La utilización adecuada del tiempo es muy importante. Con este cuerpo y especialmente con este extraordinario cerebro humano, cada minuto es precioso. Nuestra existencia cotidiana está llena de esperanza, a pesar de que nada garantiza nuestro futuro. Nada nos asegura que mañana, a esta misma hora, estaremos aquí; a pesar de ello, trabajos esperanzados. Así pues, necesitamos hacer el mejor uso posible de él.
En años recientes muchos estudios apoyan la conclusión de que el desarrollo de la compasión y el altruismo tienen un efecto positivo sobre nuestra salud física y emocional. Además tiene un efecto positivo sobre nuestra salud física, hay pruebas de que la compasión y el cuidado de los demás contribuyen a mantener una buena salud emocional. Abrirse para ayudar a los demás induce una sensación de felicidad y serenidad.
Así pues, meditemos sobre la compasión. Empecemos por visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada. Durante los tres primero minutos de la meditación reflexionemos, sobre el sufrimiento de ese individuo de forma analítica, pensemos en su intenso sufrimiento y lo infeliz de su existencia. Después tratemos de relacionarlo con nosotros mismos, pensando: “ese individuo tiene la misma capacidad que yo para experimentar dolor, alegría, felicidad y sufrimiento”. A continuación, tratemos de que surja en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa persona. Intentemos llegar a una conclusión, pensemos en lo fuerte que es nuestro deseo de que esa persona se vea libre de su sufrimiento. Tomemos la decisión de ayudarla a sentirse aliviada. Finalmente, concentrémonos en una resolución durante los últimos minutos de la meditación tratemos de generar un estado de compasión y de amor en nuestra mente.
La capacidad para cambiar de perspectiva, para ver los problemas “desde ángulos diferentes”, guarda relación con la flexibilidad es que nos permite abarcar toda la existencia, sentirnos plenamente vivos, experimentar toda la dimensión, sentirnos plenamente vivos, experimentar toda la dimensión de nuestra humanidad, todos podemos desarrollar esta misma flexibilidad mental. Surge al menos en parte de nuestros esfuerzos por extender nuestra perspectiva y probar nuevos puntos de vista. El resultado es la conciencia simultánea del macrocosmos y el microcosmos, que nos ayuda a separar lo que es importante de aquello que no lo es.

El cambio debe proceder desde dentro del individuo. Pero cuando se buscan soluciones a los problemas globales, se necesita abordar esos problemas desde los puntos de vista del individuo y del conjunto de la sociedad. Ser flexible, tener una perspectiva más amplia, exige capacidad para abordar los problemas desde varios niveles: el individual, el de la comunidad y el global.

Continuara....

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